En estos días, ENCAMINA está perfilando y lanzando en principio al entorno más cercano, una nueva manera de entender las relaciones sociales, una red social centrada en una única temática: el sector de las TIC enfocado en el área financiera. Para ENCAMINA es una gran apuesta, puesto que somos especialistas en banca y tenemos además «otra visión» de las cosas, más dinámica de lo que este sector está acostumbrado a ver.
Pues bien, participando en la red, cuyos contenidos empiezan a ser muy, muy interesantes (hasta para personas no especialistas como yo, animo a todos los curiosos) he leído algunas aportaciones sobre la gestión emocional de los proyectos: sí o no imprescindible para los jefes de proyecto. El debate para mí no es tal, yo lo veo clarísimo, pero me ha motivado para recordar el porqué de tener una postura tan definida.
Existe una diferenciación básica de nuestras capacidades: por un lado están las cogniciones y por otro las emociones. Sí, ambas existen! Las primeras en forma de aptitudes puramente cognitivas y en conocimientos estrictamente técnicos y las segundas hablan de nuestra pericia en el terreno afectivo (ese gran desconocido en nuestro sistema límbico).
Es ampliamente reconocido que conforme vamos asumiendo responsabilidades y ocupando roles en la empresa que requieren más coordinación, supervisión, delegación y al fin y al cabo, relaciones interpersonales, las competencias que vamos abandonando son las puramente técnicas y las que debemos ir asumiendo (porque se convierten en nucleares) son las relacionales y por ende, emocionales. Que diría yo entonces, que son básicas, que son modelo y se desarrollan por el hecho de exponerse a situaciones que requieran ponerlas en juego, como cualquier práctica. Otra cosa muy distinta es que lo hagamos todos al mismo ritmo y otra aún más diferente tomar consciencia y querer.
Ahora bien, estoy también de acuerdo, con la postura de que es importante en todos los niveles de la organización, ya que se ha demostrado que influye enormemente en la eficacia organizativa, hablando tanto de grupos o Equipos, como de empresa en global. Afectando a áreas como fidelización o compromiso del colaborador, el trabajo del Equipo, la productividad, la fidelización del cliente, las ventas, entre otras, donde cada eslabon crea la cadena.
No obstante, hay estudios que confirman que el tiempo de compromiso con la empresa de un empleado y su productividad durante este tiempo, se verán determinados por la relación que mantenga con su jefe directo (Zipkin, 2000). Así pues, el líder puede propiciar modelos eficientes o ineficientes en cuanto al desarrollo emocional de sus colaboradores, por lo que muy probablemente también será capaz o incapaz de desplegar la estimulación adecuada para que sus colaboradores disfruten y fluyan naturalmente sus mejores aportaciones.
By Pako Gimenez 29/05/2009 - 12:32
Completamente de acuerdo.
Solo una matización, por supuesto el lider tiene una gran responsabilidad sobre el rendimiento de su equipo, pero eso no excusa a los miembros del mismo de su propia responsabilidad sobre el mismo. Tema ya se que dificilmente asumible por los que pensamos que la culpa de todos mis males siempre es otro, pero que hay que ir cambiando poco a poco.
By Cristina Bens 10/06/2009 - 17:36
Creo que el debate al respecto sería interminable. Pero el líder debe conseguir la motivación hacia el logro de los objetivos, debe «hacer hacer» a los colaboradores. Es un gran reto, pero al menos debemos asumir el reto, porque el no reconocerlo, seguramente conllevará que los que tengamos alrededor sólo tengan ese ejemplo y tampoco lo hagan.
Gracias por escribir.
By Willy Piquer 12/06/2009 - 21:43
El generar entusiasmo, inquietudes y ganas por mejorar creo que es la tarea fundamental de un «jefe de equipo»; saber transmitir estos conocimientos a las personas que te rodean es mucho más complejo que transmitir conocimientos técnicos (siempre avalados por una documentación escrita).
No eludir estas responsabilidades desde el punto de vista de líder creo que es un % muy importante del éxito asegurado en la gestión de un proyecto e incluso me atrevería a decir que la relación sigue una línea exponencial a la envergadura del proyecto.
Muy bien, con todos estos valores expuestos sobre nuestro puesto de trabajo más los básicos para afrontar estos retos TIC, disponemos ahora de todo el material necesario para garantizar el éxito del mismo sin obviar nuestras responsabilidades y obligaciones.
Apuesto por ello.